Estamos sufriendo un inicio de verano muy caluroso. Pero, ¿estamos preparados para soportar este calor?
¿A partir de qué temperatura nuestro organismo empieza a sufrir consecuencias del calor?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la temperatura ambiente óptima para el organismo es entre 18 y 24º C, cuando el cuerpo se mantiene entre los 36 y 37ª C y su funcionamiento es óptimo.
Si el cuerpo se calienta por encima de esta temperatura, comenzamos a sentir fatiga. Pero, si se superan los 40ºC podemos sufrir hipotermia o golpe de calor.
Cuando las temperaturas son extremas, el cuerpo intenta ajustar su temperatura y libera calor a través del sudor.
El sudor. ¿Cómo nos afecta?
La función del sudor es enfriar el cuerpo mediante la evaporación de agua.
El cuerpo humano cuenta con un sistema encargado de mantener la temperatura del organismo constante, conocido como sistema termorregulador. Cuando las temperaturas son muy altas, el sistema termorregulador puede no responder de forma correcta, es decir, el cuerpo no es capaz de compensar la diferencia de temperatura.
Por eso, cuando las temperaturas son extremas, la sudoración puede ser mayor, ocasionando pérdidas de agua, electrolitos, magnesio y potasio.
La perdida de minerales, se traduce en fatiga, decaimiento y debilidad muscular.
El calor y sus consecuencias en el organismo.
El calor tiene muchas consecuencias negativas, si no nos preparamos adecuadamente.
Las afecciones más graves que podríamos sufrir sin prevención son la deshidratación y el golpe de calor.
Otras consecuencias importantes del calor en el organismo:
- Quemaduras solares.
- Cambios de humor.
- Alteración del sueño.
- Problemas respiratorios.
Este verano, extremad las precauciones, sobre todo en personas mayores y niños, ya que son más sensibles a estos cambios de temperatura.