«Atrás han quedado los largos días de verano, el calor y las vacaciones»

El otoño es una estación de tránsito en la que nuestro organismo debe ir realizando adaptaciones de diferente tipo. Todo ello, produce algunos cambios que pueden tener consecuencias en nuestra salud, tanto física como mental.

Si además, los días grises y fríos nos ponen melancólicos, debemos prepararnos de la mejor forma para enfrentarlos.

Debido al descenso de temperaturas y al aumento de la humedad en esta época del año, debemos aumentar aún más, si cabe nuestras defensas, cuidando nuestra alimentación, apostando por una dieta en la que se reduzca la cantidad de grasa, aumentando las frutas, verduras y vegetales, siendo las de temporada las más recomendables, como es el caso de las setas, higos, puerros, calabazas o berenjenas que son excelentes fuentes de vitaminas y minerales antioxidantes. 

Puedes ayudarte de algunos complementos alimentarios y vitaminas que contribuyen al funcionamiento normal de nuestro sistema inmunitario. Tanto para adultos, como para niños.

Es preciso aumentar el consumo de lácteos, ya que la menor presencia de sol en nuestras vidas puede suponer un bajón de Vitamina D, ya que participa en la absorción del calcio.

Por último es fundamental ingerir alimentos ricos en hierro para fortalecer el sistema inmunológico y evitar la aparición de anemia. Este se encuentra principalmente, en legumbres, huevos, pescado, hígado, carnes y vegetales como espinacas y acelgas.

Los peques de casa también necesitan adaptarse a esta nueva estación, ser cuidadosos con su alimentación, ropa de abrigo, higiene…

No es raro que al regresar a la rutina y a las obligaciones, nuestro estado de ánimo también se vea afectado debido a un mayor desgaste físico y mental.

Hacer ejercicio físico, nos ayuda a disipar las preocupaciones y mejora nuestro estado anímico, ya que su práctica libera en nuestro cerebro sustancias como las endorfinas, que alivian el dolor y producen euforia, aumentado la sensación de bienestar.

Los expertos aconsejan la práctica de ejercicios de tipo aeróbico: Pasear por los parques, ir andando al trabajo… En otoño, los árboles mudan sus hojas y la naturaleza nos regala un precioso espectáculo de vivos colores.

Podemos salir al campo con los más peques, recoger setas, castañas, bellotas, nueces, almendras… Buscar hojas de diferentes colores y realizar divertidas manualidades con ellos… A los niños les encanta!

«Aprovecha y disfruta de actividades al aire libre en compañia de los tuyos. Esto te ayudará a mejorar tanto tu salud física como mental»

También es importante descansar. Tratar de dormir ocho horas diarias, respetando unos patrones de sueño, manteniendo un horario fijo para acostarte y para levantarte.

En resumen, que tras el relax veraniego, el otoño es el momento perfecto para abandonar viejos vicios y adoptar unos hábitos de vida saludable que nos ayudarán a sentirnos mejor y a convertir esta época del año en el inicio de una vida más sana.