¿Cuántas veces hemos esperado 2 horas para bañarnos después de comer por miedo a sufrir un «corte de digestión»? ¿Y si te dijera que puedes sufrir un «corte de digestión» sin tan siquiera haber comido?
El nombre correcto para este accidente sería hidrocución.
La causa no es la interrupción de las funciones digestivas. El problema se produce por un cambio brusco de temperatura corporal o shock térmico.
Al entrar en contacto con el agua fría, los vasos sanguíneos dilatados por la exposición solar y el calor, se contraen de forma brusca (vasoconstricción) para mantener la temperatura corporal. Esta rápida vasoconstricción podría llegar a producir hasta un síncope o una parada cardíaca.
Los síntomas son: mareos, vértigos, náuseas, escalofríos, trastornos visuales o auditivos, piel pálida, picor, dolores abdominales entre otros.
Las principales situaciones de riesgo son aquellas en las que la temperatura corporal está elevada, como:
– Una larga exposición al sol.
– Ejercicio intenso.
– Comida copiosa y/o ingesta elevada de alcohol.
– Existe un mayor riesgo en personas mayores y personas medicadas, en niños el riesgo es menor.
Para evitar está situación conviene adecuar progresivamente la temperatura corporal antes de tomar el baño, por ejemplo:
- Entrar de manera progresiva en el agua.
- Mojarse la nuca y el cuerpo antes de volver al agua.
- Beber regularmente.
- Evitar las exposiciones prolongadas al sol antes de tomar el baño en agua fría (<20ºC).
En caso de notar algún síntoma, conviene evitar la exposición al sol y cubrirse con una toalla para recuperar la temperatura corporal. En caso de no mejorar, acudir al médico.